¿Manager o Líder?

El manager empuja que las cosas se hagan; el líder crea en el contexto para que los equipos se sientan inspirados a hacer lo correcto. El manager se enfoca en resultados; el líder se enfoca en aquello que los produce. El manager controla, el líder mide, aprende y avanza. El manager obtiene logros mientras está empujando y se siente imprescindible, el líder visiona y construye valores y cultura para que se opere con excelencia aún cuando él no mira.

El manager se dice a si mismo que quisiera ser líder pero que la madurez de sus colaboradores lo impide. Es “víctima” de su equipo. El líder sabe que su propósito es crear el contexto para que equipos y organización crezcan.

Líder y manager pueden tener miradas distintas a piezas cruciales de la organización y con esa mirada crear resultados y maneras de operar totalmente diferentes. 

¿Qué mirada quiero crear hacia mis clientes?

Como cliente objeto: Los clientes son una mera oportunidad de lograr dinero. Acepto que, desde un “falso pragmatismo”, no todos me sirven a ese propósito, que hay gente que viene a consumir mis servicios y gente que no. Tengo licencia para calibrar mi esfuerzo en función de la oportunidad de negocio que creo representa ese cliente hoy. Mis valores de servicio y excelencia se diluyen en la conveniencia que como manager ni siquiera controlo.

O bien…

Como oportunidad de servir: El líder crea una cultura de excelencia, no sólo con mensajes, sino también con acciones, políticas y decisiones. Una cultura en la que que se respire que cada cliente es una oportunidad extraordinaria de servir y acompañar. Un deseo genuino de dejar una huella que lleve al cliente a elegirme hoy, o ser la primera opción cuando, por fin, llegue el momento de hacerlo. Muchas organizaciones hablan de excelencia al cliente, e incluso son medidas por ello  pero su modo de operar habla más alto aún de algo bien distinto.

¿Cuál es mi mirada a mis colaboradores?

Son recursos: Un manager ve a su equipo como recursos para alcanzar las metas. Los recluta y le comunica su funciones y objetivos. Los gestiona, distribuye, supervisa, riñe, premia y penaliza. A menudo pasa más tiempo diseñando procesos de control porque no están bien dirigidos que en pensando en estrategias para ser mejor ante el mercado, anticipar y aprovechar oportunidades.

O bien…

Son aliados: Un líder ve a sus colaboradores como aliados para alcanzar su visión. No los recluta, sino que los selecciona, de acuerdo a como sus atributos encajan en la cultura que visiona. Tiene un plan para que sean más grandes y mejores. Son parte activa  y necesaria de alcanzar las metas y por tanto es un lider que sirve y apoya, pero también tiene las conversaciones valientes y pone los límites necesarios.

¿Cuál es mi rol cómo líder?

Ser “prácticos”:  El valor como manager está en administrar los recursos, empujar y controlar que las cosas se hagan. La autoridad define quién es como manager y a menudo acepta transigir porque no puede estar imponiendo y riñendo siempre. Sus resultados dependen del mercado y su equipo a menudo le limita. El precio es a menudo un desgaste personal, mucho esfuerzo para que las cosas se hagan y bajo compromiso.

O bien…

Ser “líderes”:  Inspira a sus colaboradores con una visión grande, una en la que los propios sueños de éstos también quepan. Provee una dirección clara, y enfoca su energía en crear los valores y la cultura de trabajo que la organización necesita. Sale de la caja, mide y anticipa. Piensa en el equipo y la organización, no en evitar un conflicto o un problema a corto. El premio es un liderazgo con propósito.

Colaboradores que asumen la rutina o bien apuestan por la excelencia, jefes que gestionan o jefes que inspiran y te hacen crecer. ¿A qué tipo de organización quieres pertenecer…?.  En el mundo cambiante del s.XXI sólo hay una mirada posible.

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